martes, 18 de julio de 2017

Transformación Educativa frente a la Crisis del Siglo XXI

Transformación Educativa frente a la Crisis del Siglo XXI

En la actualidad, la educación es un tema de gran interés a nivel mundial y la misma está presentando déficits e inestabilidad en su estructura y en sus procesos, es decir, está en crisis,  ya que en estos momentos la sociedad global experimenta cambios profundos a nivel tecnológico, cultural, económico y político, y es ésta (sociedad) la que debe realizar su divulgación, preparar a los estudiantes no para una educación  para el mundo que fue, sino para el que será, abordarla desde perspectivas multidisciplinarias (sociológica, pedagógica, filosófica y económica  entre otras).
Por ello, pensar en los desafíos para la educación del siglo XXI, se constituye en un ejercicio intelectual interesante pero a su vez complejo, dicha complejidad está determinada por los sentidos y significados asignados a los dos conceptos: Educación y Tiempo (Crisis Temporal del Siglo XXI).
En cuanto a la educación, ésta se podría abordar desde diversas perspectivas: una social, donde la generación adulta orienta a otra que aún se encuentra inmadura. (E. Durkheim, 1999), afirma: “La educación es una socialización..., de la joven generación” (p.4).
Otra individual, donde se permite que el hombre desarrolle aptitudes físicas e intelectuales, sentimientos sociales, éticos y morales con el fin de cumplir su tarea, perspectiva planteada por Reboul O. (1980) (como se citó en Martín, 2009), en la cual señala que:   

[…] El aprendizaje humano es aquel que conduce a la persona a la adquisición de habilidades y destrezas, destrezas que habrán de guiarla a su vez, a la adquisición de nuevas competencias y habilidades que harán de ella una persona íntegra. En otras palabras, estos términos aparentemente trillados y a los que he intentado devolverles su verdadero sentido, me hacen pensar que un aprendizaje centrado en la persona es aquel que nos permite aprender a aprender y por consiguiente, nos enseña a vivir. (p. 24)

Otra perspectiva mixta, (social – individual) donde a través de actividades se permite introducir al individuo dentro de los patrones sociales existentes.
Dado lo anterior se debe tener presente que para abordar un desafío o solucionar alguna crisis desde la educación, hay que verificar las condiciones que favorecen su emergencia o sostenimiento, no sería coherente tratar de dar solución a un problema social desde una educación con postura individual. La otra posibilidad, está dada en pensar que la educación no soluciona una crisis sino que enfrenta su propia crisis como lo plantea Magendzo (1999, p.2);
·         Crisis de identidad cuando se invisibilizan las personas y las comunidades.
·         Crisis de credibilidad manifestada en la desconfianza frente a las posibilidades de mejoramiento.
·         Crisis de valores o inversión de prioridades.
·         Crisis epistemológica donde se enfrenta a los ciudadanos a saberes acabados.

En el presente ensayo se asumirá la primera idea, los desafíos que se pueden pensar para que la educación solucione los problemas del siglo XXI.
Aquí aparece la segunda complejidad establecida al inicio de la reflexión, concepto tiempo o crisis temporal, se podrían enunciar las más relevantes: la globalización, la competitividad, el inadecuado manejo del desarrollo tecnológico, la inequidad social… entre otros. Desde este marco, no hay duda que la escuela tiene una deuda social porque no asume una discusión o cognición compartida sobre cómo solucionar los problemas que la permean.
Como se menciona al inicio, en el actual mundo globalizado, con los cambios en los modos de producción, los cambios sociales y culturales, así como el acontecer diario, exigen un nuevo paradigma educativo que forme seres humanos con las habilidades que demanda la actual sociedad contemporánea. ¿Pero que se ha hecho para lograr este objetivo?
Cabe mencionar aquí, que en la época de la sociedad industrial (Siglos XIX y XX), la escuela era el espacio donde prevalece un clima de absoluto respeto al profesor así diga lo que diga,  un clima de absoluta creencia en todo lo que se afirma sin someterlo a duda o a cuestionamiento, se promueve la obediencia, donde el objetivo es obtener una nota determinada y no tener unos conocimientos determinados, la educación solo estaba destinada en los individuos para producir, para desempeñar una labor o profesión, un modelo educativo que precisamente es el que se ha seguido por años y que en algunos países latinoamericanos sigue vigente. Al respecto plantean Flecha, Padrós y Puigdellívol (2003):

En las escuelas de la sociedad industrial, el profesorado, como depositario de los saberes culturales y de la información relevante, traspasaba estos contenidos a un alumnado pasivo, que actuaba como mero receptor y que difícilmente podía disponer de alguna otra vía para acceder a estos conocimientos (p.1).

Sin embargo, con la globalización, los nuevos avances tecnológicos en información y comunicación, es donde se da comienzo a una nueva evolución en la educación, se plantean modelos en los que predomina el desarrollo de habilidades basadas ya no en la transmisión sino en la adquisición de conocimientos. Y eso es, precisamente lo que debe seguirse haciendo, a partir de esta evolución seguir transformando la educación, debe pasar a ser una revolución educativa, hay que dejar atrás  el modelo esencialmente industrial, de manufactura que se basa en la linealidad, en la conformidad, en la agrupación de personas, es decir, la prolongación de un sistema.
La educación debe ser un modelo donde se creen las condiciones para que los individuos florezcan, donde se despierte su pasión y su energía, pues la sociedad de la información actual necesita jóvenes creativos y motivados. Por ello, tiene que ser innovadora y para lograrlo no existe una ruta única. Lo importante de esta revolución educativa es ante todo formar seres humanos autónomos, con capacidad crítica, que sean capaces de reflexionar sobre la realidad en que viven y sobre sí mismo, a conocer  un mundo que cada vez está más globalizado, en el cual se necesita del diálogo, la razón y la comprensión de sociedades  cada vez más complejas, deben aprender que el aprendizaje es social, que lo importante es aprender juntos, que adquieran una experiencia multidimensional, colaborativa y las tecnologías del mundo globalizado de hoy  facilitan este tipo de modelo.
El premio Nobel de economía en 1998, Amartya Sen (cita en London y Formichela, 2006) dice: “La educación permite al individuo socializarse e intercambiar ideas y obtener un empleo, por ello ayuda a aumentar la libertad y disminuir la inseguridad.” Señala Sen, además, que: “Las desigualdades en acceso, inclusión y logros escolares conducirán a diferencias en habilidades, que a su vez diferencian la participación de los individuos en el mundo contemporáneo (p.23
Innovar en educación, se traduce en un mejor aprendizaje de los estudiantes, en una formación integral e intercultural para dar las mismas oportunidades a todos, así como valores para enfrentarse a la vida cotidiana, es decir, que los actores educativos que están al frente de un proceso formativo sean capaces de crear nuevas situaciones y nuevos ambientes, el sistema educativo  tiene la misión de facilitar el aprendizaje de una manera nueva, que le enseñe al ser humano desde niño, a preguntar por qué una y mil veces, y lo más importante debe ser continua, porque los seres humanos aprenden durante toda la vida, sin olvidar el ámbito humanista porque el objetivo importante es la plenitud del sujeto educable, desde esta perspectiva  el ser humano se encontraría habilitado para generar  nuevas capacidades, autonomía y liderazgo personal , por lo tanto se trata de  una educación coherente, por cuanto éste debe seguir unos principios y entender  que no se puede hacer lo contrario de lo que se piensa o se dice.  Por todo lo anterior, como afirma Dewey (1897b), en “Mi Credo Pedagógico” (citado por Temporetti, 1977):  “La educación es el método fundamental del progreso y de las reformas sociales” (p.7).
No se puede olvidar el desarrollo tecnológico como parte de la complejidad educativa, en este sentido, las tecnologías pueden ayudar a compartir, a colaborar, a generar nuevas dinámicas y también más allá de que lleguen a un escenario tecnológico (computadores, tablets, etc.) es mirar de qué manera éstos generan nuevas situaciones y facilitan que las personas que están en proceso formativo le encuentren sentido a lo que aprenden, por supuesto el conocimiento, pero más allá de lo que hoy se conoce como competencias del siglo XXI: aprender a aprender, pensamiento crítico, la modalidad de manejar la incertidumbre, es generar situaciones problema y todo ello facilitado a través de las tecnologías, el reto es atreverse no sólo a utilizarlas, es a concebir, a planear y ver cómo estos recursos pueden ayudar a enriquecer la labor educativa. 
Finalmente, el gran reto es no temerle a los cambios, los innovadores se reinventan permanentemente y desde el sector educativo se debe acoger y teniendo clara la ruta del aprendizaje integrar nuevos elementos al proceso enseñanza aprendizaje, de esta manera se rompen esquemas en la educación a través de dinámicas distintas, enfocadas a la adquisición de conocimiento,  de nuevas estrategias de enseñanza acorde con los estilos de aprendizaje en un mundo que está mediado por la TIC, replanteando todo el sistema educativo.

Referencias

Durkheim, Emile. Educación y Sociología.: Éducotion et sociologie. Traducido por: Janine Muls de Liarás Ediciones Altaya, S.A. España 1999. Recuperado de: https://www.academia.edu/16301385/educacion_y_sociologia_por_emile_durkheim

Flecha, R.; Padrós, M. & Puigdellívol, I. 2003, Comunidades de Aprendizaje: Transformar la organización escolar al servicio de la comunidad, Revista del Fórum Europeo de Administradores de la Educación. Organización y Gestión Educativa, núm. 5, septiembre-octubre 2003, pp. 4-8. Bilbao: Fórum Europeo de Administradores de la Educación y CISSPRAXIS, S.A.

London, Silvia y Formichela, María Marta  (2006). El concepto de desarrollo de Sen y su vinculación con la Educación. Economía y Sociedad, vol. XI, núm. 17, enero-junio, 2006, pp. 17-32. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/510/51001702.pdf

Martín, André (2009). ¿Es la educación un principio impulsor en el cooperativismo de hoy en día? Recuperado de: https://www.usherbrooke.ca/irecus/fileadmin/sites/irecus/documents/cahiers_irecus/cahier_irecus_01_09_esp.pdf

Magendzo, Abraham (1999). Los Derechos Humanos, un objetivo transversal del Currículum. Recuperado de: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/4/1843/9.pdf

Temporetti, Félix (1977). Psicología Educativa. Mi Credo Pedagógico. Teoría de la Educación y Sociedad. John Dewey. Recuperado de: http://www.fceia.unr.edu.ar/geii/maestria/temporetti/Dewey_Mi_credo_Pedagogico.pdf