jueves, 14 de julio de 2016

CALIDAD EN LA EDUCACIÓN TERCIARIA: CUATRO DESAFÍOS INELUDIBLES

CALIDAD EN LA EDUCACIÓN TERCIARIA: CUATRO DESAFÍOS INELUDIBLES


El objetivo del presente artículo consiste en animar el debate académico en torno al conjunto de proposiciones, a veces cambiantes, que constituyen el concepto calidad, además, reconocer las presiones históricas que influyen en la construcción de la ruta misional universitaria.

El concepto Calidad posee diversas concepciones e interpretaciones; dependiendo de su abordaje podrían emerger dos (2) definiciones: la primera como la capacidad del sistema universitario para que sus egresados contribuyan al desarrollo sustentable del país a través de los niveles satisfactorios de competencias adquiridos en dicho ámbito.

 La segunda como el ajuste y la articulación entre el proyecto político vigente en la sociedad y el proyecto educativo universitario que allí opera.

 El primer concepto invita a tener en cuenta el cuidado y defensa del micro contexto o el impacto social, se podría afirmar que va de la mano con la función de proyección social. El segundo a la pertinencia educativa, que según la UNESCO corresponde a un aspecto clave que determina la posición estratégica de la educación universitaria, los otros dos aspectos son, la calidad y la internacionalización. No hay duda, podrían surgir otras definiciones.

En los últimos años la globalización con sus aportes o equivocaciones ha provocado nuevas miradas hacia el concepto calidad, tanto así, que motiva a la universidad a redoblar sus esfuerzos para la subsistencia, gracias a ello la universidad aprende a ser más competitiva, bien sea por sus excelentes resultados en las evaluaciones o por su permanente generación del conocimiento, por este motivo, de ninguna manera se debe dejar en un segundo plano la investigación (función importante de la universidad junto a la docencia y la proyección social), definida como el conjunto de procesos sistemáticos y empíricos que se aplican al estudio de un fenómeno o problema, no olvidar que dichos procesos pueden ser secuenciales y probatorios cuando se trata de un enfoque cuantitativo y espirales o circulares cuando es cualitativo, tampoco se descarta la posibilidad de complementarse o integrarse formando el enfoque mixto. Ya las nuevas tendencias en investigación afirman que el método científico, aunque no se agota, ha quedado corto para la solución de algunos problemas que por su dinámica requieren de otros tratamientos.

Para sostener un alto nivel de calidad en la nueva dinámica universitaria un curso o una asignatura, debe pensarse y desarrollarse como espacio académico que permita ante todo la investigación como mínimo  en torno a un saber, o sea de frente a una entidad doble que contiene la imagen y el concepto. Por tal motivo, se debe revisar el modo como se ha tratado de incluir el ejercicio de investigar en la docencia, en otros términos, no puede existir docencia sin investigación, ese ir tras la huella no siempre se asume como la solución de un problema, también como el análisis de una teoría… los docentes universitarios deben tumbar el mito que presenta la investigación como algo difícil y complicado, que no se vincula a la realidad. En estos tiempos de globalización un(a) egresado(a) que no tenga conocimientos de investigación se encontrará en desventaja, no saber sobre métodos para investigar implica rezagarse respecto a los competidores, habría dificultad para utilizar el conocimiento en los mercados laborales, entre otros.

Parece ser que el concepto de calidad de la educación terciaria cambia de contenido o de cuerpo en cada época, no es estable y duradero puesto que su soporte es indudablemente histórico. Hasta hace solo 50 años se asumía calidad en los procesos de enseñanza-aprendizaje, había una sólida triangulación en los elementos de la didáctica general” alumno-profesor-currículo” sostenida en la relación directamente proporcional ´´a mayores años de escolaridad mejor ciudadano preparado y productivo´´, desde esta mirada se sacrificaba la formación del ser pues éste dependía de los demás y necesitaba engancharse en un aparato o sistema burocrático que ya tenía la realización de determinadas tareas o actividades sin preguntarle si estaba de acuerdo o no con los propósitos que ésta perseguía, en otras palabras, se formaba un estudiante acrítico.

Actualmente se puede estar de frente a la incorporación de un nuevo ingrediente para la concepción de calidad en la educación terciaria, se hace referencia a la internacionalización, esto conlleva a la necesidad que tanto profesores como alumnos tengan que hablar mínimo dos lenguas extranjeras, lo que facilita el intercambio y la cooperación conjunta, entre otros. Todo lo anterior, y debido a la apertura que debe demostrar la universidad, entre otros su rendición de cuentas, lleva a pensar que la más adecuada manera de demostrar la calidad es la acreditación, pero no solo como lo sugiere el discurso oficial, llámese MEN o ICFES, a través de sus funciones anteriormente nombradas docencia-investigación-proyección social, sino, como lo solicita la sociedad en temas álgidos y de doble faz como la violencia/paz, hambruna/alimento, pobreza/riqueza, entre otros.

Desde esta perspectiva, la calidad puede convertirse en un concepto ´´flexible´´, por ejemplo: Al sobresalir el resultado positivo de las pruebas por parte de los estudiantes, la calidad se asume como excelencia (la areté). Al dar respuesta a las exigencias del medio o a los requerimientos del entorno se asume como pertinencia. Al asumir la responsabilidad social de no discriminar la población se asume como inclusión, desde allí emerge la siguiente hipótesis: En Colombia existe un bajo porcentaje de universidades con acreditación de alta calidad porque se presenta un amplio conjunto de estándares ideales de cómo se concibe la calidad de un proceso educativo.

A modo de conclusión, dadas las presiones socioeconómicas, políticas…emergen cuatro (4) desafíos que la educación terciaria debe apropiar en el marco de la calidad:

1. Mejorar los índices de internacionalización, aquí juega un papel importante las lenguas extranjeras. 

2Establecer el estado del arte del conocimiento al desarrollar una asignatura, eso requiere una cuidadosa delimitación conceptual.

3. Institucionalizar la investigación como la herramienta más adecuada para convertir al estudiante en epistemólogo de su propio aprendizaje. 

4.Movilizar los recursos tecnológicos para animar la circulación del saber. 

De todas formas, para los efectos de una evaluación, abordar el tema de la calidad resulta un ejercicio complejo, muy delicado, para agarrar con pinzas, donde siempre se debe tener en cuenta un referente comparativo que permita al final la elaboración de uno de estos tres contundentes juicios, la universidad es 1. Igual, 2. Mejor  o 3. Peor a su homóloga…Lo difícil es encontrar ese par idéntico que facilite dicha comparación, por tal motivo, el llamado es a seguir trabajando, a engrandecer las aulas con la relación armónica entre la enseñanza y el aprendizaje, a contribuir con la promoción humana, al desarrollo sostenible y sustentable del país, al fortalecimiento del tejido social…la historia se encargara del resto de decirle a la sociedad si la educación terciaria aplicada en dicha época fue o no fue de calidad.

Esp.  Adolfo León Llanos Ceballos

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