CALIDAD EN LA EDUCACIÓN TERCIARIA: CUATRO DESAFÍOS
INELUDIBLES
El objetivo del
presente artículo consiste en animar el debate académico en torno al conjunto
de proposiciones, a veces cambiantes, que constituyen el concepto calidad, además,
reconocer las presiones históricas que influyen en la construcción de la ruta
misional universitaria.
El concepto Calidad
posee diversas concepciones e interpretaciones; dependiendo de su abordaje podrían
emerger dos (2) definiciones: la primera como la capacidad del sistema universitario para que sus egresados
contribuyan al desarrollo sustentable del país a través de los niveles
satisfactorios de competencias adquiridos en dicho ámbito.
La segunda como el ajuste y la articulación entre el proyecto político vigente en la
sociedad y el proyecto educativo universitario que allí opera.
El primer concepto invita a tener en cuenta el
cuidado y defensa del micro contexto o el impacto social, se podría afirmar que
va de la mano con la función de proyección social. El segundo a la pertinencia educativa,
que según la UNESCO
corresponde a un aspecto clave que determina la posición estratégica de la
educación universitaria, los otros dos aspectos son, la calidad y la
internacionalización. No hay duda, podrían surgir otras definiciones.
En los últimos años
la globalización con sus aportes o
equivocaciones ha provocado nuevas miradas hacia el concepto calidad, tanto así,
que motiva a la universidad a redoblar sus esfuerzos para la subsistencia,
gracias a ello la universidad aprende a ser más competitiva, bien sea por sus
excelentes resultados en las evaluaciones o por su permanente generación del
conocimiento, por este motivo, de ninguna manera se debe dejar en un segundo
plano la investigación (función importante de la universidad junto a la
docencia y la proyección social), definida como el conjunto de procesos
sistemáticos y empíricos que se aplican al estudio de un fenómeno o problema,
no olvidar que dichos procesos pueden ser secuenciales y probatorios cuando se
trata de un enfoque cuantitativo y espirales o circulares cuando es
cualitativo, tampoco se descarta la posibilidad de complementarse o integrarse
formando el enfoque mixto. Ya las nuevas tendencias en investigación afirman
que el método científico, aunque no se agota, ha quedado corto para la solución
de algunos problemas que por su dinámica requieren de otros tratamientos.
Para sostener un alto
nivel de calidad en la nueva dinámica universitaria un curso o una asignatura,
debe pensarse y desarrollarse como espacio académico que permita ante todo la
investigación como mínimo en torno a un
saber, o sea de frente a una entidad doble que contiene la imagen y el concepto.
Por tal motivo, se debe revisar el modo como se ha tratado de incluir el
ejercicio de investigar en la docencia, en otros términos, no puede existir
docencia sin investigación, ese ir tras la huella no siempre se asume como la
solución de un problema, también como el análisis de una teoría… los docentes
universitarios deben tumbar el mito que presenta la investigación como algo
difícil y complicado, que no se vincula a la realidad. En estos tiempos de
globalización un(a) egresado(a) que no tenga conocimientos de investigación se
encontrará
en desventaja, no saber sobre métodos para investigar implica rezagarse
respecto a los competidores, habría dificultad para utilizar el conocimiento en
los mercados laborales, entre otros.
Parece ser que el
concepto de calidad de la educación terciaria cambia de contenido o de cuerpo
en cada época, no es estable y duradero puesto que su soporte es indudablemente
histórico. Hasta hace solo 50 años
se asumía calidad en los procesos de enseñanza-aprendizaje, había una sólida
triangulación en los elementos de la didáctica general”
alumno-profesor-currículo” sostenida en la relación directamente proporcional ´´a
mayores años de escolaridad mejor ciudadano preparado y productivo´´, desde
esta mirada se sacrificaba la formación del ser pues éste dependía de los demás
y necesitaba engancharse en un aparato o sistema burocrático que ya tenía la
realización de determinadas tareas o actividades sin preguntarle si estaba de
acuerdo o no con los propósitos que ésta perseguía, en otras palabras, se
formaba un estudiante acrítico.
Actualmente se puede
estar de frente a la incorporación de un nuevo ingrediente para la concepción
de calidad en la educación terciaria, se hace referencia a la
internacionalización, esto conlleva a la necesidad que tanto profesores como
alumnos tengan que hablar mínimo dos lenguas extranjeras, lo que facilita el
intercambio y la cooperación conjunta, entre otros. Todo lo anterior, y debido
a la apertura que debe demostrar la universidad, entre otros su rendición de
cuentas, lleva a pensar que la más adecuada manera de demostrar la calidad es
la acreditación, pero no solo como lo sugiere el discurso oficial, llámese MEN
o ICFES, a través de sus funciones anteriormente nombradas
docencia-investigación-proyección social, sino, como lo solicita la sociedad en
temas álgidos y de doble faz como la violencia/paz, hambruna/alimento,
pobreza/riqueza, entre otros.
Desde esta
perspectiva, la calidad puede convertirse en un concepto ´´flexible´´, por
ejemplo: Al sobresalir el resultado positivo de las pruebas por parte de los
estudiantes, la calidad se asume como excelencia
(la areté). Al dar respuesta a las exigencias del medio o a los requerimientos
del entorno se asume como pertinencia.
Al asumir la responsabilidad social de no discriminar la población se asume
como inclusión, desde allí emerge la
siguiente hipótesis: En Colombia existe un bajo porcentaje de universidades con
acreditación de alta calidad porque se presenta un amplio conjunto de
estándares ideales de cómo se concibe la calidad de un proceso educativo.
A modo de conclusión,
dadas las presiones socioeconómicas, políticas…emergen cuatro (4) desafíos que
la educación terciaria debe apropiar en el marco de la calidad:
1. Mejorar los índices de internacionalización, aquí juega un papel importante las lenguas extranjeras.
2. Establecer el estado del arte del conocimiento al desarrollar una asignatura, eso requiere una cuidadosa delimitación conceptual.
3. Institucionalizar la investigación como la herramienta más adecuada para convertir al estudiante en epistemólogo de su propio aprendizaje.
4.Movilizar los recursos tecnológicos para animar la circulación del saber.
1. Mejorar los índices de internacionalización, aquí juega un papel importante las lenguas extranjeras.
2. Establecer el estado del arte del conocimiento al desarrollar una asignatura, eso requiere una cuidadosa delimitación conceptual.
3. Institucionalizar la investigación como la herramienta más adecuada para convertir al estudiante en epistemólogo de su propio aprendizaje.
4.Movilizar los recursos tecnológicos para animar la circulación del saber.
De todas formas, para
los efectos de una evaluación, abordar el tema de la calidad resulta un
ejercicio complejo, muy delicado, para agarrar con pinzas, donde siempre se
debe tener en cuenta un referente comparativo que permita al final la
elaboración de uno de estos tres contundentes juicios, la universidad es 1.
Igual, 2. Mejor o 3. Peor a su
homóloga…Lo difícil es encontrar ese par idéntico que facilite dicha comparación,
por tal motivo, el llamado es a seguir trabajando, a engrandecer las aulas con
la relación armónica entre la enseñanza y el aprendizaje, a contribuir con la
promoción humana, al desarrollo sostenible y sustentable del país, al
fortalecimiento del tejido social…la historia se encargara del resto de decirle
a la sociedad si la educación terciaria aplicada en dicha época fue o no fue de
calidad.
Esp. Adolfo León Llanos Ceballos
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