sábado, 13 de mayo de 2017

DECÁLOGO PEDAGÓGICO PARA LA PRÁCTICA ADMINISTRATIVA

DECÁLOGO PEDAGÓGICO PARA  LA PRÁCTICA ADMINISTRATIVA

Algunas proposiciones del decálogo se sostienen desde el pensamiento de la Dra. Renée Bédard 

1. Se debe combatir la convicción de que existe una administración uniforme donde poco importa el tipo de establecimiento, esto corresponde a la universalidad del pensamiento administrativo, donde equivocadamente se considera semejante a administrar una funeraria o un almacén de ropa.

2.  Los supuestos económicos (egoísmo, acumulación, competencia, utilidad…) se presentan con mayor fuerza, esto hace referencia a una lógica administrativa que se requiere enfrentar.

3.   Hay que reflexionar y hacer esfuerzos por revertir el lugar secundario que ocupa el ser humano en el campo de los estudios y de las prácticas administrativas y el poco abordaje sobre las características fundamentales de la naturaleza humana (perfectibilidad, inmortalidad, sociabilidad…) asumido por la teoría y la práctica administrativa.

4. Tener cuidado con la predisposición hacia el tecnicismo y la cultura tecnocrática que sugiere el cumplimiento de la regla, el programa, el seguimiento de la receta “mágica” como únicas vías o caminos para obtener resultados, excluyendo al ser humano.

5.   El pensamiento administrativo es atravesado por corrientes ideológicas o concepciones filosóficas diversas (es ciencia aplicada), desde allí surgen diversos problemas:

A. Dichas raíces que constituyen la base o matriz de los conocimientos actuales son raramente discutibles.

B. No se ha desarrollado una explicación genética que pueda establecer la filiación de las teorías actuales y situarlas en un marco de conjunto en lugar de limitarse a un desarrollo cronológico.

Nota: La discusión no se enfoca en que el paradigma o la teoría se vuelve obsoleto (se agota) sino construir el marco de análisis que permita identificar su génesis

C. No se cuenta con un método que permita ir a dicha génesis para descifrar sus influencias, clasificar y relacionar los elementos para comprenderlos.


6.  La administración, definida por tradición (lenguaje, historia, costumbre…) como “ciencia y arte” a la vez, no se asume de esa manera complementaria; prevalece el carácter científico, o sea, los marcos de referencia teóricos que tienen contacto con la tramitación de los bienes materiales y poco se aborda como arte, esto significa las calidades humanas que hacen referencia al gobierno (guía, conducción, coordinación…) de las personas y a la puesta en práctica de los principios teóricos.


7.  No se analizan los paradigmas y teorías administrativas como verdaderas fuentes para entender la manera de habitar lo real, o su comprensión cualitativa, más bien los estudiantes la asumen como verdades superiores elaboradas por especialistas que hacen abstracción de los fenómenos, apenas se vislumbra constructivismo cuando a través de un estudio monográfico se motiva la voluntad (deseo reflexionado) al estudiante a que identifique alguna debilidad a cierta teoría, por ejemplo: en planeación estratégica descubrir “ruidos” (imposibilidad de aplicar elementos, distancia entre la teoría  y la práctica, divergencia entre el medio y el propósito…) a la teoría formulada por el Dr. Humberto Serna, por tomar un autor importante.

8. No se recuerda qué es la praxeología o aquella actividad humana material y social de transformación de la realidad objetiva de la naturaleza, de la sociedad y del hombre mismo, el campo de reflexión que justifica la existencia de la función administrativa (ad minister, al servicio de) y hace posible que los estudiantes (practicantes) adquieran condiciones o capital intelectual para ejercer a plenitud sus competencias.

9. Además de investigar la verdad (validez o fuerza, solidez de un cuerpo) la epistemología también debe adquirir la función de supervisar y controlar el desarrollo de la praxeología, o sea, evaluar dicha solidez de los fundamentos intelectuales y conceptuales sobre los cuales se apoyan las prácticas, examina los métodos, emite juicio de valor sobre los resultados obtenidos con respecto al marco de referencia que se ha tomado como soporte para justificarlas.

10. La axiología no puede ser considerada un componente filosófico sin relevancia, al contrario, se debe reconocer como un elemento que invita e implica una parte de la voluntad (actuar en función de valores) del sujeto, que resalta la perspectiva humanista de la administración y le hace el llamado de atención a la normatividad científica y epistemológica a que todo no puede ser impersonal y objetivo porque se corre el riesgo de encerrarse en el formalismo o convertirse en una “fría” concepción ideológica.

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